El Muelle de Mar del Plata es uno de los más importantes de Argentina. Allí se vive lo que se podría llamar un “trabajo arduo”, pero también un contacto imprescindible con el mar, las olas y la pesca. Los hombres de mar son los encargados de conseguir los ejemplares más codiciados, sobre todo de mariscos, para después comercializarlos a todas partes del mundo.
Pero además, la zona del puerto es uno de los paseos tradicionales para los que llegan a Mar del Plata en cualquier época del año. La banquina del puerto, con sus barcas pintadas de amarillo, con nombres de los santos a los que veneran y mujeres a las que amaron, es un atractivo por si mismo.
Al llegar al muelle, podemos ver la zona donde están ancladas las lanchas, una al lado de la otra, para un deleite multicolor de la vista. Además, el olor persistente invadirá nuestro olfato, proveniente de los lobos marinos, habitantes populares de la zona.
También se puede ver el trabajo diario de los hombres del puerto, subiendo cajones al hombro, guiando los pinches para que la carga más pesada llegue al muelle, amarrando barcos, etc. El oficio de pescadores los obliga a levantarse antes del amanecer para salir a alta mar. Al regreso, encargarse de limpiar lo capturado para luego comercializarlo en puestos informales (una parte).
También es posible admirar los barcos de media altura, con mejor tecnología o los poteros, que se especializan en pescar calamares con luces potentes que iluminan la superficie.
Todos los hombres que trabajan en el puerto, así como también las embarcaciones están repletas de amuletos de buena suerte y también relacionados a la religión católica. Se observan a su vez escudos de equipos de fútbol, de todos los colores.
Para no perderse: la fiesta de los Pescadores, donde se recrean las costumbres de los inmigrantes italianos, movidos por el buen deseo de una temporada próspera.
El post Paseos en Mar del Plata: la vida del Puerto apareció primero en Páginas Alojame.
Su nombre completo es
El instante en el que por primera vez vemos el mar en esta maravillosa ciudad es realmente mágico, sin importar la época o estación en la que viajemos. Por ejemplo, los que llegan a Mar del Plata en auto desde la Ciudad de Buenos Aires el “impacto” llegará al entrar a la Avenida Constitución, donde a lo lejos se puede divisar el océano y el conjunto de playas y costas en forma de semicírculo, junto a las construcciones y espigones tan representativas.
Las actividades, atracciones y espacios emblemáticos hacen de esta ciudad una de las más importantes de la temporada alta de Argentina. Sin embargo, también recibe la visita de miles de personas entre marzo y noviembre, cuando la playa no es lo único para hacer todo el día.
Villa Victoria Ocampo o simplemente Villa Ocampo se localiza en el barrio marplatense Divino Rostro y su impronta es impresionante. Es una casa vieja de madera con estilo pintoresquista donde hace varias décadas atrás se realizaban fiestas y reuniones de la alta sociedad argentina y cuya anfitriona era Victoria Ocampo.
Para los amantes de este deporte, la ciudad Feliz tiene muchas opciones para disfrutar todo el año, en un marco natural incomparable, frente al mar, los acantilados o las sierras.
La Ciudad más importante de la Costa Atlántica, la más visitada de Argentina durante la temporada alta de verano también tiene su encanto en los meses más fríos de otoño e invierno. A su vez, es un urbe con todos los servicios, para una población estable de más de 650 mil personas.